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lunes, 11 de junio de 2012

MES DE MAYO: “MES DE LAS MADRES O DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO?”

Por Pbro. Mario Cárdenas Suárez (*)

Se Terminó el mes de Mayo que es tradicionalmente dedicado a las Madres y esta columna debería haber sido escrita al principio del Mes y haber desglosado una apología del llamado día de las Madres; pero lo quise hacer al final del mes para evaluar objetivamente lo que celebramos en estos domingos. 

Importante señalar que, madre no tenemos sino una y esa unicidad es la que las hace inolvidables. Hablando con muchas madres en la calle, pasillos, cafeterías, barrios y veredas, manifiestan una inmensa alegría de que se les reconozca, al menos en este mes, muchos de los desvelos y sacrificios que ellas realizan cada día y sin mirar el reloj, sin dominicales ni festivos, mucho menos de vacaciones pagas. En estos tiempos del predominio de la sociedad de consumo, que busca desdibujar el valor auténtico y maternal del verdadero significado espiritual y cristiano de ser Madre, podemos evidenciar que nos hemos reducido a un simple regalo, una tarjeta, un almuerzo, una cena, un bono o simplemente una rosa, más como protocolo que como signo de expresión de un amor auténtico.

Veamos porque: Muchas madres, en el atardecer de la vida, con las que hablé, me decían que sentían mucha nostalgia en este mes porque ninguno de sus  hijos se digno al menos regalarles una llamada, o como me decía una madre con un sentido del humor muy grande, ni siquiera me hacen una llamada perdida, para al menos devolvérsela!!!!!! Expresión que encierra un profundo significado por ser quien lo dice, una Madre que trajo al mundo seis hijos y que ahora ninguno de ellos se digno al menos regalar una llamada. Este ejemplo de vida simboliza lo que estamos viviendo en nuestra mal llamada sociedad moderna. Yo recuerdo, antes de salir de nuestros hogares, uno pedía con fervor y devoción la Bendición en frente de la Madre  y uno se hacia la señal de la cruz y salía del hogar con una seguridad única de que le iba a ir a uno bien. Así mismo, antes de consumir el alimento que con tanto esfuerzo conseguían, se hacia una oración de acción de gracias, a las siete y media de la noche pasado el noticiero, se apagaba el televisor y se rezaba el Rosario, que no se gastaban mas de 20 minutos, los Domingos se participaba en Misa comunitaria y con las madres al lado, los que la tenían viva llevaban una flor roja con rama de mirto, y las que la tenían en el cielo, un clavel blanco. Se resaltaban las madres que más hijos tuvieran, había detalles para las que cumplían años en el mes de Mayo, se premiaba a la que hubiera dado a luz en este mes, se realizaban actos culturales, cenas y condecoraciones, desfiles en traje de gala y con las bandas de guerra, había consagración de las Madres a la Virgen María, etc. Es decir que hemos desdibujado todos estos detalles por dejarnos influenciar por la sociedad de consumo y la falta de tiempo y la pereza que hace que cada día ocultemos más ese valor tan grande y sublime que son nuestras Madres. Ni qué decir de las madres ancianas que están en los ancianatos, en los hogares de paso, las madres enfermas y olvidadas, las que son madres solteras, que en muchas ocasiones han sido discriminadas y no saben como les toca hacer de madre y padre, las madres campesinas que cuidan del hogar y fuera de eso colaboran en las actividades agrarias con sus esposos.


Importante seria revisar qué actitudes tuvimos durante este mes con nuestras madres, tanto las que están con nosotros, como con las que están en la Eternidad. Y ver cómo las generaciones presentes han venido celebrando este mes y con qué calidad de detalles que resalten tantos valores incalculables que les debemos a estos seres queridos dados por Dios.

Así mismo, también debemos tener cuidado con el incremento de la violencia doméstica, que busca hacer nido en muchas de nuestras familias y donde nuestras madres son foco directo de esta violencia que se propaga como pandemia por causa a veces de nosotros, sus hijos, o por parte de los esposos. Muchas madres manifiestan que ya no pueden reprender o corregir a sus hijos, mucho menos tratar de impedirles caprichos y gustos que no son propios de un comportamiento cristiano. Suelen decir muchas madres, que ahora los hijos mandan a los padres y acompañados de palabras de grueso calibre y con actitudes amenazantes por no colmar sus gustos de ropa, zapatos de marca, celulares de alta gama, accesorios de plata, oro, o contramarcados, que amenazan con dejar el colegio, la universidad, el hogar, etc. Con chantajes y amenazas hacen que muchas madres se desvelen, se angustien, y la calidad de vida se va perdiendo por presiones sociales innecesarias y que no llevan a que nuestros hogares sean la iglesia doméstica que nos pide el Evangelio.

Tenemos que volver la mirada a Belén y a la Sagrada Familia, poder aprender que ellos son la imagen y el modelo perfecto para fortalecer los lazos familiares que Dios quiere que hagamos. El ejemplo más claro es María, la Madre de Dios, la mujer humilde de Nazaret, que con su sencillez y paz interior supo asumir la misión de ser la elegida por Dios para regalarnos a Jesús, el Verbo Eterno del Padre. Esta mujer humilde y sencilla que llevó el dolor de ver a su Hijo morir en la Cruz y después tener la capacidad humana y Divina de reunir de nuevo a los Discípulos y enviarlos con la misión de evangelizar en la noche de Pentecostés y la que, llevada al cielo, desde allá sigue iluminando nuestras vidas y nos invita por todo el mundo a que seamos mejores hijos con nuestras madres; Ella que vivió el dolor y la tristeza frente a la cruz, es la que nos da el llamado para que valoremos cada día al ser más querido, amado y respetado que tenemos que son nuestras madres.

Que finalizado el mes de Mayo, continuemos adorando y amando con profundo amor cristiano a nuestras madres. A aquellos que todavía la tienen viva, disfrútenla, compartan todos lo momentos posibles con ellas, con detalles de expresión de decirles: Madre te Amo, eres lo que más quiero en esta vida!!!!!! Pero que se diga con sentimiento y en cualquier momento del año, no esperen a que llegue la muerte para derrochar en funerales costosos y coronas de flores finas, creo que los homenajes son en vida y no he visto la primera madre que lleve libros contables donde se registren los gastos de los hijos, o mucho menos, que una de ellas haya pasado una cuenta de cobro, o reclame intereses por lo invertido en educación, techo, vestido, alimento y amor. Así que quieran y amen a sus Madres, que, al estilo de María, son instrumentos de vida, de amor y de felicidad.

Y Ud. En este mes, como le expresó el amor a su querida Madre?

(*) Mario Cárdenas, Pbro.
Director Pastoral Social. Diócesis Málaga Soatá.
MBA. Universidad de Phoenix. USA

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