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jueves, 10 de mayo de 2012

“EL MANOSEO DEL MATONEO” EN LA JUVENTUD.


Por Rev. Mario Cárdenas (*)

Por estos días está de moda una palabra que es un poco desconocida para nosotros, el llamado "Matoneo", que no es otra cosa que la agresión juvenil que promueve la falta de tolerancia y convivencia  en los colegios, por parte de los jóvenes. Uno se pregunta, por qué tanta agresividad en los planteles educativos, cuando debería ser todo lo contrario.

En nuestros  tiempos los profesores nos hacían ver la importancia de respetar al otro, participábamos en los actos cívicos, deportivos y religiosos con otro espíritu, un espíritu de colegialidad, solidaridad y apoyo mutuo, tanto que el fiambre que nuestras madres nos daban era para compartirlo en corrillos con nuestros amigos y compañeros, eran ambientes de camaradería, lúdica, juego, integración y estudio disciplinado y sin muchas herramientas como las que tienen los estudiantes hoy en día y donde los niveles de tolerancia y convivencia ahora son casi cosa del pasado. Buscando respuestas a esta problemática de violencia tanto en la niñez y juventud en etapa de escolaridad, vemos que el secreto estaría en volver a rescatar la LÚDICA.

Precisamente esta palabra encierra todo lo que en nuestra niñez y juventud vivimos, los juegos del bate, del trompo, de las canicas, del llamado paredón, del puente de Londres, de la gambeta, la golosa, el yervis, los trenes, los cocinados, el juego del jazz, el yo-yo, entre muchos otros, permitía que hubiera juego en equipo, que uno velara por la seguridad del otro, que no lo poncharan, que saliera victorioso y no se diga de la celebración, del abrazo, del grito de triunfo, o si se perdía, había una palabra de consuelo, de ánimo, de, en la próxima vez será, de preocupación por la recuperación anímica del compañero, el compartir el helado, la melcocha, la limonada, el paquete de mamones, etc., etc., hacían que uno jamás olvidara los compañeros de escuela, del colegio y se volvían amistades eternas.

Ahora, en estos tiempos, todo parece individualismo, egoísmo, envidia, competencia desleal, arribismo, complejos de superioridad… y, la lúdica, ya casi no existe, o los espacios son muy pocos. Es hora de volver a la lúdica, que permita que los niños y jóvenes vuelvan a tener esos espacios y haya un receso del uso de la tecnología, del Internet, de los juegos electrónicos, de las maquinitas, los playstations y fomentar jornadas lúdicas, recreación y dinámicas de grupo, que permitan el contacto y calor humano, que haga de los niños y jóvenes verdaderos instrumentos de paz y de compañerismo a toda prueba.

No es posible que, cientos de colegios de nuestro país se hayan convertido en campos de batalla, donde se ven focos de pandillismo, drogadicción, tráfico de armas blancas, racismo y fenómenos de conformación de grupos violentos con ideología, promoviendo la violencia escolar y donde los profesores se han convertido en espectadores, sin mucho campo de acción para su intervención.

A todos estos fenómenos debemos ponerles control y mirar en talleres y escuelas de padres como buscar modelos de participación, donde toda la comunidad educativa pueda desarrollar estrategias para alcanzar un verdadero ambiente de estudio y que las aulas vuelvan a ser espacios de conocimiento, aprendizaje y experiencias de convivencia y fomento de la amistad sin límites.

Todos debemos tomar conciencia que este fenómeno del "matoneo" no tenga espacio en los colegios de nuestra Diócesis de Málaga - Soatá y estamos a tiempo que esta ola de moda, que viene de las capitales, no trascienda las puertas de nuestros centros educativos, donde todavía tenemos tiempo de organizar un plan de contingencia para cubrir todos los espacios humanos con programas lúdicos, deportivos y culturales que afiancen los valores humanos y cristianos que tienen nuestros hogares, nuestra región. Estamos contra el reloj y los jefes de núcleo tienen la oportunidad grande de coordinar muchas estrategias que lleven a que en los colegios y escuelas volvamos a tener espacios lúdicos y de juegos pedagógicos, para fortalecer los valores de nuestra juventud. El matoneo no podrá llegar para quedarse en nuestras provincias.

(*) Rev. Mario Cárdenas
Director Pastoral Social
Diócesis Málaga-Soatá
MBA Universidad de Phoenix USA.

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