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jueves, 15 de diciembre de 2011

TRATADO DE LIBRE COMERCIO “TLC” CON USA: RUINA? O PROGRESO?


El TLC, Tratado de Libre Comercio con USA es precisamente un tratado donde dos países buscan crecer comercialmente y hacer un intercambio de bienes y servicios con un mínimo de pago de aranceles por la importación y exportación de esos productos, bienes y servicios, y, cabe señalar que es necesaria la firma de estos tratados. Hasta aquí muy clara la ecuación, pero lo que se debe analizar, debatir y pensar es cómo se hicieron esas negociaciones, en qué términos y a qué precio.

Por ejemplo, de USA hacia Colombia vendrán productos muy bien empacados, con tablas nutricionales bien elaboradas y con todos los requerimientos fitosanitarios que exige el INVIMA, el ICA y las Secretarias de Salud; pero llenos de grasas sobresaturadas, azucares refinados y toda clase de preservantes que nuestro organismo, por estar adaptado al trópico, reaccionará de manera brusca, alterando nuestro metabolismo e incrementando los niveles altos de colesterol, triglicéridos y azucares y propiciando la obesidad infantil.

Eso por el lado de la salud, qué decir por el lado del campesino que en nuestro país no recibe ningún tipo de subsidios ni garantía de comercialización de sus productos, mucho menos de una asistencia técnica especializada, ni de capacitaciones periódicas para tener una operación de costo-beneficio a su favor; como si lo tiene el gran agricultor Americano, pues el campesino gringo común y corriente anda como el nuestro, vaciado.

El Estado Americano tiene grandes subsidios para los grandes agricultores y empresarios que son los que se beneficiarían con este tipo y modelo de tratados comerciales. Por ejemplo. De USA nos llegarán los cuartos traseros de pollo: pierna perniles y rabadillas, pues el gringo no se come sino las pechugas y lo demás es desechado, esos cuartos traseros vendrán a un precio cero y sin aranceles, lo que significa que cualquier precio será ganancia para el gringo.

Así las cosas, una familia de bajos ingresos no volverá a comprar pollo campesino, o pollo semi criollo o los que sacan cada fin de semana a vender puerta a puerta, pues será muy costoso en comparación con una docena de perniles que llegarán bien empacados, refrigerados y ya cortados y hasta con aliños. Por lo tanto, el campesino nuestro ira en pérdida creciente y no valdrá la pena engordar pollos, pues los costos del concentrado lo llevará a perder su capital de trabajo.

Ni qué decir del tema de las medicinas, donde los gringos lograron negociar patentes por cinco años y no por dos años como lo establece la OMC (Organización Mundial del Comercio), esto quiere decir que si una empresa farmacéutica fabrica un medicamento tendrá dos años para su comercialización y después será patrimonio de la humanidad y de ahí es que salen los genéricos que son más baratos, en comparación con el producto comercial que es más costoso.

Un medicamento genérico para controlar el azúcar está entre dos mil y seis mil pesos, mientras que el comercial está alrededor de treinta y cuarenta mil pesos, dependiendo el territorio donde se compre. Las farmacéuticas gringas lograron negociar por cinco años esas patentes lo que significa que serán súper costosas las medicinas comerciales, mientras se logran terminar el plazo para la elaboración de los genéricos y ninguna EPS podrá suministrar dichos medicamentos por lo costosos.

Así sucederá también con muchos otros cientos de productos. Y ni qué decir de aquí para allá, donde muchas empresas todavía no cuentan con la logística ni infraestructura sanitaria para cumplir con la FDA que es la agencia que regula la entrada de productos a USA y que son bien exigentes y se toman el derecho de admisión y sino cumplen con los requerimientos, inmediatamente decomisan dichos productos para su destrucción y ni siquiera se considera la devolución.

Ha faltado por tanto, más socialización de este modelo de TLC, sus contenidos, que la mayoría desconoce y las implicaciones que podrían traer para pequeñas economías como la nuestra y que solo ira a beneficiar a los grandes industriales que si podrán implementar los requerimientos que necesita un mercado de más de 350 millones de consumidores exigentes y que pagan por un buen producto.

Tenemos muy buenas materias primas, pero no hemos dado el paso para aprender a industrializarlos y sin esta operación estaremos próximos a ser saqueados de lo más valioso, que son nuestros productos casi naturales a cambio de recibir cualquier cantidad de chatarra y donde nunca hemos sabido cómo se negociaron los artículos de dicho tratado que tiene defensores y detractores, hasta tanto no se logre proteger al campesino y al pequeño productor.

Queda entonces la pregunta de qué hacer ? Primero, conocer a fondo qué fue lo firmado, qué contenido tiene y en qué condiciones fue negociado. Segundo, nos corresponde hacer alianzas estratégicas entre todas las entidades sociales y con los nuevos alcaldes y gobernadores diseñar estratégicas locales y regionales como la pulverizadora de Lácteos, el Frigorífico regional, tipo exportación de carnes, masificación de gas, planes regionales de aguas y lo más importante, nuestra lucha incansable por la pavimentación de la vía Málaga-Curos que será nuestra lucha diaria para que se asignen los recursos prontamente y el apoyo a iniciativas locales y asociatividad de pequeños y medianos productores para contrarrestar los efectos duros del TLC.

(*) P. Mario Cárdenas
Director Pastoral Social Málaga-Soatá
MBA Universidad de Phoenix, USA

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